El pasado día 24 de junio de 2011 se celebró en la Biblioteca de Bidebarrieta de Bilbao el sexto Coloquio del Centenario de la Real Sociedad Matemática Española, cuyo título fue “Las dos ideas de Sofia Kovalevskaya”, y que corrió a cargo de Michèle Audin (Universidad de Estrasburgo, Francia). El acto fue presidido por María Jesús Carro (Presidenta del Comité C3 para la Celebración del Centenario de la RSME), que estuvo acompañada por Jasone Astola (Directora para la Igualdad de la UPV/EHU) e Iñaki López de Agileta (Directo del Área de Cultura del Ayuntamiento de Bilbao).

Antes de comenzar la conferencia, Pedro Alegría (miembro del Comité Organizador) y Michèle Audin hicieron entrega de los premios del “Concurso de trabajos sobre Sofia Kovalevskaya” organizado con motivo del Coloquio (los trabajos pueden verse en http://www.ehu.es/~mtwmastm/audin.html).

Michèle Audin explicó (mientras comentaba algunos aspectos de la vida personal y profesional de Sofia) esas dos ideas a las que se refiere el título: el teorema de Cauchy-Kovalevskaya y el problema de la peonza de Kovalevskaya. La profesora Audin declaró ésta última como su favorita (se trata del estudio del movimiento de un sólido con un punto fijo en un campo de gravedad constante) entre “las dos ideas”, al tratarse de un caso de sistema integrable, tema en el que la propia conferenciante investiga.

Michèle Audin comentó que aunque Sofia Kovalevsakaya no fue la primera mujer en defender una tesis o en ingresar en la universidad, fue sin duda la primera en tener una vida profesional como se entiende hoy en día. Terminó explicando que el título de la conferencia, entendido a veces como peyorativo por muchas personas, no lo es en absoluto. Recurrió a una cita del matemático francés André Weil para dejar clara la extraordinaria calidad científica de Sofia: “Saben, muchos matemáticos tienen una buena idea (lo que es mejor que no tener ninguna) y después la explotan durante toda su vida. Vean a Mittag-Leffler. Por el contrario, Kovalevskaya ha tenido la idea que le ha conducido (independientemente de Cauchy) a lo que se llama el teorema de Cauchy-Kovalevskaya, y después, diez años más tarde, la idea que le condujo a la peonza de Kovalevskaya”.


Irati Murua Salsamendi (ganadora del concurso con su escrito “Poeta Matematikaria”), Pedro Alegría y Michèle Audin


Michèle Audin explicando con una peonza los conceptos de precesión y de nutación