El pasado miércoles 16 de marzo falleció, a los 68 años de edad, Pedro Gil Álvarez, catedrático de Estadística y Ex-Presidente de SEIO. Pedro estuvo prácticamente toda su vida académica vinculado a la Universidad de Oviedo, dónde ha formado un importante y numeroso grupo investigador. Su hermana, Angeles Gil, es también catedrática de Estadística en la misma Universidad.
Nuestro mas sentido pésame para su familia y la familia matemática asturiana (v. La Nueva España del 18 de marzo)

Su compañero, Santos González, le dedicó unas sentidas palabras, que reproducimos a continuación:

Pedro Gil: El acordeón dejo de sonar

La noticia del fallecimiento  de Pedro ha enmudecido a la Universidad científica del Principado de Asturias. Parece que fue ayer, cuando, contra lo que nos hubiera gustado a muchos, decidió prejubilarse, para estar cerca, muy cerca, de sus nietos Diego, David y Victor.

En los anales de la Universidad quedará el caluroso homenaje que se le rindió en el Paraninfo. Pedro merecía esto, lo merecía todo. Conjuntamente con Benjamín Dugnol, Javier Valdés y su hermana (la Gil, como siempre el la llamaba) pusieron en marcha la titulación de matemáticas, y a mí me toco pilotarla. Han pasado ya 25 años! Qué triste conmemoración, que nos está dejando helado el corazón a cuantos le conocíamos, yo incluso desde unos años antes ya que vivía junto a mis queridos padres (q.e.p.d.), al lado de ese inconfundible número 39 de González Besada.

Para mí, y puedo afirmar con rotundidad para todos,  Pedro era el “referente” de la Facultad. A ella le imprimía vida y sobre todo paz. Pedro era un hombre sencillo y bueno, además de un gran científico, y siempre querido por todos. Su lección inaugural del curso y las Laudatio de los doctorados Honoris Causa, de Sixto Ríos y Zhade, fueron magistrales y muy amenas.

Querido Pedro, seguiremos comiendo ese medio pollo estadístico que tú como nadie iluminabas y con el que amenizabas todas tus charlas. Y qué decir de esas “champanadas de Navidad” en las que alegrabas a todos en la facultad con tu acordeón, hoy mudo y preguntándose dónde estarás, a dónde te habrás ido. Bueno, yo creo que estás con tu querido Teófilo y preparando un nuevo acordeón para ir recibiéndonos a los que hoy desde aquí os añoramos, os echamos en falta. Descansa en paz! Chelo y yo caminaremos más solos desde la facultad hasta casa, en ese camino compartido en el que tu nos acompañabas muchas veces. Cuánto te vamos a echar de menos!