Hoy se dedica esta sección a la reseña del libro de Eileen Pollack The Only Woman in the Room. Eileen Pollack fue en los años 70 la segunda mujer en licenciarse en Física en la universidad de Yale. Pero sintiéndose sola, con falta de confianza en sí misma y nadie que la apoyase, abandonó su sueño de convertirse en física teórica. Tras dejar la física comenzó a estudiar filosofía literaria y hoy en día da clases de escritura creativa en la Universidad de Michigan.

Fue en 2005 cuando el entonces presidente de la universidad de Harvard se preguntaba en un acto público por qué había tan pocas mujeres en altos cargos en ciencias: matemáticas, ingeniería, informática, física… Entonce Eileen Pollack decidió que iba a estudiar el problema y tratar de dar respuesta a la cuestión. Durante seis años de investigación y entrevistas recopiló la información que plasmó en su libro The Only Woman in the Room. En él explica las barreras culturales, sociales, psicológicas e institucionales que las mujeres se encuentran en las disciplinas CTIM y cómo pequeños cambios de actitud pueden traer una mayor paridad.

En el libro recorre diversas causas que, a su juicio, llevan a que haya tan pocas mujeres en ciencias. Desde la soledad que supone encontrarse en minoría, y en particular la que ella sintió cuando estudiaba físicas, a los problemas en el sistema educativo, a los que culpa en primer lugar; a los problemas culturales que hacen que en occidente las matemáticas se vean como algo para “cerebrito ” en vez de para gente creativa y con ingenio como en otros países y cómo esto influye más a las mujeres que a los hombres; a las causas sociales como, por ejemplo, que se enseñe a los niños a exagerar su inteligencia y sus éxitos mientras que a las niñas se las educa para ser modestas.

Para Shelley Correl, profesora de sociología de Stanford y entrevistada en el libro, los niños son mejores en matemáticas y tienen mejores calificaciones “porque piensan que son mejores”. Esto sigue ocurriendo actualmente, por eso se debe mirar a nuestro alumnado. Se debe mirar a nuestras investigadoras.