“La igualdad de género es un imperativo moral y económico. Pero prejuicios inconscientes nos echan hacia atrás, y cambiar los prejuicios de la gente es difícil y caro. Los programas para concienciar sobre la diversidad han tenido un éxito limitado, y los esfuerzos individuales generalmente provocan reacciones negativas.” Así empieza What Works: Gender Equality by Design de Iris Bohnet. El libro contiene información acerca de políticas de género en empresas, universidades y diferentes gobiernos. Señala múltiples intentos de acabar con la desigualdad de género y evalúa sus consecuencias. Muestra varias alternativas que podrían llevarse a cabo a coste sorprendentemente bajo y con un efecto increíblemente rápido. What Works: Gender Equality by Design ha sido incluido en la lista de los libros más influyentes del año 2016 por Forbes, Financial Times, LinkedIn y Washington Post.

Bohnet es la directora del programa Women and Public Policy Program, de la Harvard Kennedy School. En él se incluye el programa “What Works”

http://wappp.hks.harvard.edu/whatworks,

dividido en cinco pasos, con los que se pretende analizar y evidenciar los prejuicios que, consciente o inconscientemente, se tienen en relación a la sexualidad, la discapacidad, la desigualdad de género en ciencia, etc. (paso 1); concienciar acerca de los sesgos que se tienen (paso 2); proponer acciones que se pueden realizar para eliminar los prejuicios que se tienen (“5 things that you can do”, paso 3); mantener informado al público sobre actualizaciones e ideas nuevas (paso 4), y conocer objetivos, así como establecer otros en relación a la igualdad de género (paso 5). En el primer paso, que consiste en una serie de tests de asociación implícita, se puede responder al “Gender-Career Implicit Association Test” (se tardan unos 10 minutos) para conocer si se tienen sesgos inconscientes que te hacen asociar de forma automática ciencia con hombres y humanidades con mujeres. En el paso 3 se sugiere usar la técnica de la pantalla: los directores de orquesta utilizan una pantalla para seleccionar a quienes quieren que formen parte de la orquesta sin saber si son hombres o mujeres y así poder evaluar simplemente sus habilidades musicales sin dejarse influenciar por las apariencias. A nivel de empresas o de universidades, esta técnica se traduciría en ocultar los nombres de los currículos de aquellas personas que vayan a ser evaluadas, así como cualquier otra información que pudiese distraer del objetivo de valorar únicamente el verdadero talento.


Iris Bohnet
Fuente: Harvard University