En los últimos años, la matemática española ha realizado un notable esfuerzo para alcanzar niveles internacionales de excelencia, pero aún queda mucho camino que recorrer para estar al nivel de los países referentes en matemáticas, en términos de reconocimiento internacional o publicaciones de alto impacto.

Estos contratos son una de las claves de la excelencia matemática a nivel nacional: las personas que han pasado por dicho programa constituyen, en estos momentos, una parte esencial de los mejores investigadores en matemáticas. A ellas se deben algunas de las mejores publicaciones en matemáticas, destacando asimismo por su reconocimiento internacional y éxito en convocatorias europeas, o en las aplicaciones de las matemáticas en diferentes ámbitos. El programa Ramón y Cajal, además, ha permitido que matemáticos extranjeros se incorporen al sistema científico español, algo notablemente difícil de conseguir en nuestro sistema universitario.

Por todo ello, la comunidad matemática considera que estas convocatorias son cruciales para el futuro de la investigación matemática en nuestro país. Sin embargo, se observa que en las últimas convocatorias del programa Ramón y Cajal el número de contratos en matemáticas es claramente insuficiente (aproximadamente cinco por año), y esto puede provocar daños irreparables en el desarrollo de la matemática española en el medio y largo plazo.

Este número de contratos Ramón y Cajal no se corresponde ni con el peso real de la comunidad matemática en la ciencia española ni con los indicadores de calidad demostrados por los contratados Ramón y Cajal en matemáticas. Desde la RSME se considera razonable que, tras más de una década de implementación de dicho programa, se incluya en la normativa de distribución un factor corrector que tenga en cuenta la tasa de éxito de dicho programa en cada una de las áreas hasta el momento presente.