Con una Medalla de Oro, dos Medallas de Bronce y una Mención de Honor, el equipo de España ha conseguido un resultado histórico en la International Physics Olympiad (IPhO 2018), que se acaba de celebrar en Lisboa del 21 al 29 de julio. España no sólo consolida el buen rendimiento de las últimas ediciones (Zurich 2016 y Yakarta 2017) sino que supera por primera vez el corte de las reñidas medallas de oro, sólo alcanzadas por participantes de muy alto nivel.

La Olimpiada Internacional de Física (IPhO) es una prestigiosa competición para estudiantes preuniversitarios que han de resolver pruebas individuales de física, teóricas y experimentales. El temario está establecido por un comité internacional y rebasa extensamente los contenidos del currículo oficial de nuestro bachillerato: entre los problemas los hubo sobre ondas gravitatorias, la física de neutrinos, el flujo sanguíneo y el crecimiento de tumores. Este año han concursado 396 estudiantes de 92 países. El ganador absoluto ha sido Yang Tianhua, de China; el medallero completo se puede consultar en la web de la Olimpiada (http://ipho2018.pt/).

La delegación española, enviada por la Real Sociedad Española de Física (RSEF) a Lisboa y preparada en su fase final por la Comisión de Olimpiadas de la RSEF y, previamente, por los Comités Olímpicos Locales y los profesores de sus Centros (cuya labor nunca será suficientemente apreciada), fue seleccionada entre los medallistas de oro de la Olimpiada Nacional de Física celebrada en la Universidad de Valladolid del 13 al 16 de abril de 2018. Conviene resaltar que la labor de los Comités Olímpicos, formados por profesores especialmente cualificados, es total y completamente desinteresada.

La representación española en Lisboa estaba formada por cinco estudiantes de bachillerato, acompañados por dos profesores delegados, ambos miembros de la RSEF. Ésta es la relación de los estudiantes y de sus Centros: Alejandro Epelde Blanco (del Colegio Los Fresnos en Alpedrete, Madrid), Félix Moreno Peñarrubia (del IES L'Eliana, en L'Eliana, Valencia), Denís Arribas Blanco (del IES Do Castro, Vigo, Pontevedra), Joan Hernanz i Ibáñez (del Aula Escola Europea, Barcelona) y José Antonio Castro Moreno (IES Pinar de la Rubia, Valladolid). El estudiante que ha conseguido la Medalla de Oro es Alejandro Epelde, que ya consiguió una de Plata el año pasado, en la IPhO 2017 en Yakarta. Félix Moreno y Joan Hernanz han ganado sendas Medallas de Bronce, y José Antonio Castro Moreno ha logrado una Mención de Honor. Estos resultados globales sitúan a España en el primer tercio del ranking de países concursantes.

Por primera vez e inexplicablemente, este año las Olimpiadas de Física se han realizado sin la tradicional subvención del Ministerio de Educación. Esta ausencia ha tenido que ser suplida por la Real Sociedad de Física para cubrir los desplazamientos y la estancia de los estudiantes, así como el pago de la cuota de inscripción de España (3500 euros) en la Olimpiada Internacional de Física. La RSEF también ha cubierto parte de celebración de la Olimpiada Nacional en Valladolid completando la financiación local. Esta inexplicable falta de interés real del Ministerio de Educación en apoyar a sus mejores estudiantes de ciencias se traducirá en que, por primera vez en décadas, este año España no podrá participar en la Olimpiada Iberoamericana de Física, que se celebrará en Puerto Rico, como siempre lo ha venido haciendo. Los Presidentes de las Reales Sociedades de Física, Química y Matemáticas ya denunciaron lo que preveían que iba a suceder ante el anterior Ministro de Educación, en un artículo titulado Las Olimpiadas Científicas y el menosprecio de la Ciencia publicado en El Mundo el 22 de mayo pasado,

http://www.elmundo.es/opinion/2018/05/22/5b02ea54e5fdea100c8b45fd.html,

que no produjo ningún efecto. Tampoco lo hizo la petición en Change.org de un estudiante, medallista de oro de la Olimpiada Nacional de Física de Valladolid,

https://www.change.org/p/que-el-ministerio-de-educaci%C3%B3n-subsane-el-error-del-anterior-gobierno-y-financie-las-olimpiadas-cient%C3%ADficas,

que recogió 84.000 firmas y donde se él mismo se preguntaba si hay futuro en nuestro país. Algunas universidades extranjeras de prestigio que no miran la partida de nacimiento de sus estudiantes ya han aceptado algunos de nuestros medallistas, algo tan triste como lamentable.

La situación sigue sin resolverse y, pese a las palabras del Director General de Planificación y Gestión Educativa en una reunión celebrada en el Ministerio de Educación el pasado viernes 27 de julio con representantes de las Sociedades Científicas a cargo de las distintas Olimpiadas, el panorama para 2019 continúa incierto. Las Olimpiadas dependen de esa Dirección General desde hace un año y después de varios cambios, lo que agrava la solución de los problemas.

Para apreciar lo anómalo y excepcional de la situación española, basta observar que en la ceremonia de entrega de los premios de la IPhO en Lisboa, retransmitida ayer en directo a todo el mundo por dos presentadores como si de la entrega de los ‘Óscar de Física’ se tratara (realmente son en esa edad), intervino personalmente el Ministro de Educación portugués y envió unas palabras el propio Presidente de la República de Portugal. Participaron igualmente representantes del Comité Internacional de la Olimpiada de Física y de la European Physical Society, así como la Presidenta de la Sociedad Física de Portugal, etc. Sin tener la potencia económica de –por ejemplo– Alemania, nuestro vecino país ha sabido dar a la Olimpiada Internacional de Física el valor e importancia que merece el esfuerzo de los ilusionados estudiantes, algo que nuestras autoridades educativas parecen incapaces de hacer. La ausencia de financiación se extiende a las demás Olimpiadas científicas, como la de Química o Matemáticas. Por eso, y con la pequeña satisfacción que produce en la RSEF el éxito logrado por la delegación española, la Real Sociedad Española de Física desea transmitir a las autoridades del Ministerio de Educación y Formación Profesional el deseo de que hagan honor al dicho latino: Facta, non verba. La lamentable situación de este 2018, año que a efectos de subvencionar las Olimpiadas el Ministerio de Educación da alegremente por perdido, no debería –ni puede‐ volverse a repetir.