Esta semana quisiéramos llamar vuestra atención sobre el artículo “The First Twenty-Five Winners of the AWM Alice T. Schafer Prize” que ha escrito J. A. Gallian para las Notices of the American Mathematical Society [1].

El premio Alice T. Schafer de Matemáticas, que otorga anualmente la Asociación de Mujeres en Matemáticas (AWM) desde 1990, tiene como objetivo premiar la excelencia de mujeres estudiantes de la titulación en matemáticas.

Alice T. Schafer (Estados Unidos, 1915-2009) fue una de las fundadoras de la AWM en 1971 y presidió la asociación de 1973 a 1975. Se doctoró en Matemáticas por la University of Chicago en 1942 desarrollando su tesis doctoral en el área de la geometría diferencial. Fue docente en diferentes instituciones (las universidades de Connecticut y de Michigan, entre otras) y desde 1962 impartió clases en la Wellesley College, hasta que se retiró en 1980. Schafer se preocupaba especialmente de los alumnos que tenían dificultades. Además, desarrolló buena parte de su trabajo con estudiantes de secundaria prestando especial atención a las mujeres y a su relación con las matemáticas. En 1990 la AWM estableció el premio que lleva su nombre como reconocimiento a su labor para mejorar la presencia de las mujeres en esta disciplina.

Para optar al premio Schafer las estudiantes deben ser ciudadanas estadounidenses o estar matriculadas en una universidad estadounidense. El jurado que entrega este premio tiene como objetivo “reconocer el talento de mujeres jóvenes en el área de las matemáticas teniendo especialmente en cuenta su capacidad para trabajar de manera independiente, tener interés real en las matemáticas y demostrar un alto rendimiento en las asignaturas avanzadas; también se valora positivamente el haber obtenido buenos resultados en competiciones matemáticas”.

El premio se presenta en la Joint Mathematical Meeting cada mes de enero y cada ganadora recibe mil dólares, una placa honoraria y se le dedica un artículo en la revista de la AWM.

En el artículo en cuestión, J. A. Gallian presenta una breve biografía de veinticinco de las primeras ganadoras de este premio. Es de destacar que todas, salvo una, obtuvieron un doctorado en matemáticas, normalmente en una universidad de alto prestigio. Salvo dos, todas continúan vinculadas a la universidad.

Tras el impacto positivo que este premio ha tenido entre las estudiantes de matemáticas, de manera conjunta, la Mathematical Association of America, con la colaboración de la American Mathematical Society y la Society for Industrial and Applied Mathematics, establecieron el Premio Morgan en 1995 para reconocer el talento de jóvenes estudiantes de matemáticas. Es el mayor honor al que puede optar un/a joven estudiante de matemáticas.

El artículo invita a la reflexión sobre el impacto que este y cualquier otro tipo de reconocimiento puede llegar a tener entre los jóvenes. Merece la pena transcribir aquí las palabras de Kay Kirkpatrick, ganadora del premio Schafer en 2002:

«Me siento muy honrada […]. La Asociación de Mujeres en Matemáticas está desarrollando una labor importantísima para animar y apoyar a futuras matemáticas. Pasaré el resto de mi vida pagando esta deuda a la AWM y a todos mis profesores y mentores. No solo me habéis apoyado, también habéis sido mi inspiración».

[1] J. A. Gallian, “The First Twenty-Five Winners of the AWM Alice T. Schafer Prize”, Notices of the AMS, vol. 66 (6) (2019), 870-874.