Desde estas líneas, hacemos hoy una pequeña reflexión sobre las citas a los trabajos científicos, pues hoy en día es uno de los indicadores que miden la relevancia de la producción científica de forma global. Claramente, la importancia radica en saber la verdadera repercusión de la actividad científica, independiente del género. A este respecto, según un estudio que se publicó en Nature 535, 212 del 14 de julio de 2016 (doi:10.1038/nature.2016.20176), los hombres citan sus propios trabajos un 56% más que las mujeres de media (tomando como base una muestra de 1.5 millones de trabajos publicados). El análisis, que se llevó a cabo en todas aquellas disciplinas que se incluyen en JSTOR (abreviatura en inglés de Journal Storage), permitió concluir que la tasa de trabajos por hombres autoreferenciados se había incrementado en un 70% más que el de las mujeres en las pasadas dos décadas, a pesar del incremento de las mismas en el mundo universitario. Lo que el análisis no clarifica es si las conclusiones se derivan de una menor representación de las mujeres en el mundo académico. Es por ello que creemos que cualquier análisis debe tener en cuenta parámetros que analicen porcentajes de representación en el contexto, pues pueden ser usados para defender argumentos tanto a favor como en contra y la manipulación de los mismos puede desembocar en acciones arbitrarias sobre la evaluación de la actividad científica.