Una parte importante de la comunidad matemática española, autoridades académicas y del ámbito científico y tecnológico se dieron cita el pasado 3 de octubre en la ceremonia de entrega de los Premios RSME-Fundación BBVA que, un año más, han vuelto a visibilizar y a poner en valor el trabajo de jóvenes y veteranos matemáticos en nuestro país. Un acto en el que no solo se puso de manifiesto la urgencia de lograr una mayor proyección de la ciencia a la sociedad, sino también de mejorar las condiciones y las oportunidades de los jóvenes en nuestro país, desde las etapas formativas hasta la carrera científica e investigadora.

Durante su intervención, el presidente de la RSME, Francisco Marcellán, destacó la importancia de garantizar “un relevo generacional en el que los jóvenes deben asumir un mayor protagonismo de cara a mejorar la actividad matemática en nuestro país y su proyección internacional”, al tiempo que recordó la necesidad de conseguir una creciente incorporación de la mujer a todos los estratos del mundo académico, una mayor estabilidad temporal en las políticas de I+D+i, así como la mejora de la educación, de la divulgación matemática y “la búsqueda de respuestas como garantía frente al discurso cortoplacista y evanescente que se ha impuesto”. “Las matemáticas forman parte de una cultura integral, que debe iniciarse en el sistema escolar sin compartimentos estancos y que se refleja en la vida cotidiana a través de una mejor comprensión de la realidad que nos circunda”, añadió.

Por su parte, el director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo, señaló que “las matemáticas son el lenguaje de la ciencia y, progresivamente, del conocimiento y de la acción racional en cualquiera de sus formas”. Por ello, apuntó que la difusión del “pensamiento matemático” y, en general, “la proyección de la ciencia a la sociedad” puede tener una enorme trascendencia para conquistar nuevos espacios “para la racionalidad, la evidencia y el orden formal, empezando por el respeto del principio de consistencia”. En este sentido, consideró que las matemáticas, tal y como reflejan las investigaciones de los jóvenes galardonados con los Vicent Caselles, “son fundamentales para ampliar y dotar de base a la cultura científica”.

Por un lado, se entregaron los Premios Vicent Caselles, que nacieron en 2015 con el objetivo de apoyar y estimular a los jóvenes que desarrollan su labor en el campo de la investigación matemática. Los premiados en esta quinta edición han sido Daniel Álvarez Gavela, actualmente investigador en el Institute for Advanced Study de Princeton (EEUU); María Ángeles García Ferrero, investigadora posdoctoral en el Max-Planck-Institut für Mathematik de Leipzig (Alemania); Xavier García Martínez, profesor ayudante doctor en la Universidad de Vigo; Umberto Martínez Peñas, investigador posdoctoral en la University of Toronto (Canadá); Carlos Mudarra Díaz-Malaguilla, contratado posdoctoral en el Instituto de Ciencias Matemáticas, y Marithania Silvero Casanova, investigadora posdoctoral en la Euskal Herriko Unibertsitatea.

De izquierda a derecha, Daniel Álvarez Gavela, María Ángeles García Ferrero, Xabier García Martínez, Umberto Martínez Peñas, Carlos Mudarra Díaz-Malaguilla, Marithania Silvero Casanova y Joaquim Serra Montolí./ Magdalena Rodríguez

En el mismo acto, se hizo entrega del Premio José Luis Rubio de Francia de la RSME, uno de los más prestigiosos de España en el campo de las matemáticas, a Joaquim Serra Montolí, investigador del ETH Zúrich (Suiza), que además del premio de 3.000 euros que le concede la sociedad científica con el apoyo de la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Zaragoza, recibe una startgrant de 35.000 euros por parte de la Fundación BBVA.

Sebastià Xambó Descamps, Jesús María Sanz Serna y Marisa Fernández Rodríguez, galardonados con la Medalla RSME. A la izquierda, Francisco Marcellán./ Magdalena Rodriguez

También se otorgaron las Medallas RSME, con las que la RSME distingue la trayectoria, los méritos y las aportaciones de personas destacadas en este campo científico, y que en esta edición han sido para Marisa Fernández Rodríguez, catedrática de la Euskal Herriko Unibertsitatea; Jesús María Sanz Serna, catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid; y Sebastià Xambó, profesor emérito de la Universitat Politècnica de Catalunya.