La Unidad de Mujeres y Ciencia (UMyC) del Ministerio de Ciencia e Innovación (MCIN) ha publicado recientemente un estudio donde se ha analizado cómo ha afectado el contexto creado por la aparición del COVID-19 al sistema de ciencia e innovación en términos de igualdad de género. A través de un cuestionario en línea de 30 preguntas (lanzado en junio de 2020), dirigido al personal investigador de los Organismos Públicos de Investigación dependientes del MCIN (donde NO se encuentran las universidades), se ha tratado de identificar, con perspectiva de género, los posibles impactos derivados de la situación de confinamiento.

En anteriores boletines, nos hacíamos eco de estudios que advertían un decrecimiento de la producción científica por parte de las investigadoras, que se podría explicar por la asunción en mayor medida de las responsabilidades familiares. En el estudio llevado a cabo por la UMyC se ha corroborado este punto. Si bien la situación vivida tanto por el personal investigador con menores/mayores a cargo ha sido agobiante en proporciones similares (52 % para ellas, 48.8 % para ellos), el 71.3 % de las mujeres considera que ha sido más estresante alcanzar los resultados esperados durante el período de confinamiento, frente a un 64.2 % de los hombres.

Aunque en el estudio presentado por la UMyC se nota en falta un análisis de las correlaciones que pudieran eventualmente explicar una situación causa-efecto, se exponen algunas valoraciones sobre la dedicación en el hogar durante el confinamiento de hombres y mujeres, con una clara polarización de las tareas realizadas de forma habitual (bajo la categoría de respuesta, “Yo, casi siempre”, sin compartir la responsabilidad). Así, los hombres se ocupan mayoritariamente de las reparaciones (73.8 %) y las compras con desplazamiento (54.1 %). Ellas casi siempre cocinan (51.4 %), se ocupan de la colada (57.3 %), realizan citas y gestiones en línea (55.5 %), son interlocutoras con el entorno de los menores a cargo (69.1 %) y ayudan con el estudio y tareas del colegio (60.8 %). Además, casi siempre son ellas las que atienden a mayores (45.0 %), cuidan de menores (43.8 %) y limpian la casa (48.4 %). Es probable que esta dedicación a las tareas domésticas y de cuidados explique la diferencia al considerar más estresante el alcance de los resultados. Y una situación de estrés sostenida en el tiempo conlleva secuelas: es preocupante que el 40.5 % de las mujeres indica que el confinamiento ha tenido un impacto sobre su salud psicológica (frente a un 28.5 % de los hombres), hecho que sin duda no facilitará la incorporación de estas investigadoras a las rutinas de la “nueva normalidad”. Lamentablemente, alrededor de un 70 % de mujeres y hombres consideran que el confinamiento apenas ha servido como oportunidad para corresponsabilizarse de las tareas y atenciones requeridas por el hogar y el entorno familiar.

En todo caso, también es destacable que el nivel de satisfacción con los resultados de la actividad laboral ha sido positivo para ambos sexos, aunque son ellas las que consideran que su productividad se ha visto afectada en mayor medida por las responsabilidades domésticas y de cuidados (31.1 % mujeres; 26.2 % hombres). Este hecho se acompaña de una mayor preocupación por parte de las investigadoras sobre su futuro laboral: un 30.8 % de las mujeres temen que el confinamiento afecte significativamente al futuro de su carrera, frente a un 22.2 % de los hombres.

El informe concluye con una serie de recomendaciones, entre las que se incluye la realización de este tipo de encuestas también en las universidades, como herramienta para apoyar el diseño de políticas de igualdad, una iniciativa que nos parece de vital importancia para poder obtener un diagnóstico preciso de la situación en el ámbito de la educación superior; la necesidad de información, sensibilización y formación de equipos directivos y personal investigador responsable de las políticas de recursos humanos a distintos niveles y la creación de un grupo de trabajo específico desde el Observatorio Mujeres, Ciencia e Innovación para el seguimiento del impacto de la COVID-19. Desde la Comisión de Mujeres y Matemáticas estaremos pendientes de los estudios que se realicen y las conclusiones que se extraigan de ellos.