Joaquim Serra./ ETH Zürich

Llegamos casi a la recta final de nuestro repaso a los Premios José Luis Rubio de Francia con el penúltimo galardonado hasta la fecha. Joaquim Serra (Barcelona, 1986) recibió este reconocimiento de la RSME en su edición de 2018 por sus contribuciones en las áreas de regularidad para ecuaciones no locales; problemas de transición de fase no local y superficies minimales, y regularidad para problemas de obstáculos, que han contribuido de manera importante a innovar en su área de investigación.

“Fue un honor recibir un premio de tan reconocido prestigio y contribuyó de forma muy importante a dar visibilidad a mi investigación en España. Sin duda, ha ayudado a mejorar mi situación profesional, aunque no tuve ninguna oferta directamente vinculada al premio”, asegura Serra.

El investigador, que ha colaborado con matemáticos de la talla de Luis Caffarelli, Alessio Figalli, Xavier Cabré o Xavier Ros-Oton, se considera afortunado de haber podido realizar un posdoc en ETH Zürich, una de las instituciones líderes mundiales en investigación matemática, aunque destaca las posibilidades de volver a España a través de programas como ICREA, IKERBASQUE o Ramón y Cajal, entre otros.

“Quizás no resulte del todo justa la comparación de la política científica en España y Suiza, un país mucho más rico y con una tradición científica y de investigación, tanto en los sectores público como privado, envidiables”, sostiene. Sin embargo, recuerda que España ha pasado de una la situación de hace unas décadas en la que “todo estaba por hacer, en matemáticas y en ciencia en general”, a una situación “mucho mejor, gracias al gran trabajo y tenacidad de muchos investigadores quienes, a pesar de un clima político y regulación típicamente desfavorable, fuera cual fuera la orientación política de los gobiernos del Estado, han tenido la paciencia y energía para seguir construyendo un sistema científico solvente”.

Así las cosas, Serra se muestra optimista en cuanto a que “el éxito de algunos programas que siguen las best practices internacionales, como ICREA, IKERBASQUE o, incluso, las Ramón y Cajal, demuestra la oportunidad de mejorar aún mucho más con políticas que incentiven adecuadamente la investigación”. Es más, apunta, “parecería que los perfiles de los actuales ministros de ciencia y universidades indican un cambio de tendencia en la actitud política y dan lugar a la esperanza”.

También valora iniciativas como la start up grant que la FBBVA concede a los premiados con el Rubio de Francia, por su flexibilidad y porque, con ella, se da “una visibilidad muy superior al premio en un país en el que la investigación matemática rara vez llega a los medios de comunicación, más allá de la anécdota o el estereotipo fácil”.