Joaquín Pérez

Joaquín Pérez ha tomado el relevo de José Bonet como editor general de la RSME. “Fue una sorpresa recibir la invitación de Francisco Marcellán, a quien agradezco la confianza”, asegura el catedrático de Geometría y Topología de la Universidad de Granada, quien asume el cargo como “un honor y una gran responsabilidad, dada la valía de mis predecesores: José Luis Fernández, Antonio Durán, Alfonso Romero, Guillermo Curbera, Joan Elías y José Bonet”. Y aunque se declara “consciente de lo difícil que va a ser reemplazar a Pepe Bonet, que ha puesto el listón muy alto”, comienza esta etapa con la tranquilidad que le infunde la experiencia de los miembros de la Comisión de Publicaciones.

Pregunta.- ¿Cuáles son los motivos que le llevaron a aceptar el puesto y con qué objetivos?

Joaquín Pérez.- Estoy convencido de que el trabajo colectivo por la comunidad matemática es muy necesario, máxime en una disciplina como la nuestra, que a menudo nos inclina a jugar un papel introspectivo e individual, inmersos en nuestra investigación y docencia. Este convencimiento es el mismo que me llevó a trabajar hace años en el Instituto de Matemáticas de la Universidad de Granada, con la misma ilusión que tengo ahora en este nuevo reto. Creo que la literatura matemática constituye un vehículo estupendo para preservar los logros de nuestros colegas y a la vez difundir su trabajo, tanto a la comunidad matemática como a la sociedad en general. Es importante asegurar que estos logros matemáticos queden recogidos de la mejor manera posible para el futuro, manteniendo un nivel de calidad en las publicaciones que dará más frutos cuanto más tiempo pase.

P.- ¿Cuáles son las tareas principales del editor general y qué cree que necesita para llevarlas a cabo con éxito?

J. P.- Las tareas del editor general son de tres tipos fundamentales. La principal es la coordinación de las numerosas líneas editoriales de la RSME, buscando el equilibrio entre ellas: las hay más volcadas con la investigación especializada como la Revista Matemática Iberoamericana y las series de libros conjuntas con Springer, AMS y EMS; otras están concentradas en la literatura matemática docente (serie con Electolibris), de divulgación y de historia (Estímulos Matemáticos con SM, facsímiles), editamos libros de autor con distintas entidades y editoriales, tenemos herramientas de difusión de actividades hacia la comunidad de la RSME (la Gaceta y el Boletín) y la revista TEMat para que los estudiantes de matemáticas tengan un primer contacto con el mundo de las publicaciones. Por poner un símil deportivo, es un poco como el papel de un entrenador de fútbol: hay que cuidar de que las líneas de juego estén en forma, bien compenetradas y elegir los mejores para cada puesto y momento. Los otros dos tipos de tareas a desempeñar son de apoyo a la Junta de Gobierno de la RSME y representar a la Sociedad en comisiones que juzgan premios como el Vicent Caselles RSME-FBBVA o la Medalla de la RSME. En cuanto a requisitos para tener éxito en estas tareas, confieso que no puedo determinarlos en este momento tan al comienzo de mi labor. Como mínimo, ilusión y ganas de trabajar que no faltan.

P.- ¿Qué destacaría del equipo que integra la Comisión de Publicaciones?

J. P.- Tengo una enorme confianza en su dedicación, profesionalidad y experiencia. De hecho, aún estoy aterrizando y mi primer cometido es conocerlos y ponerme al día con los proyectos en curso. Eso conlleva entrevistas con los distintos responsables de las líneas principales de publicación, que es en lo que estoy ahora. El hecho de que haya tantas personas involucradas (18 en la Comisión de Publicaciones, pero muchos más que actúan en labores de edición para las distintas series y revistas) es un motivo más para trabajar con ilusión. Es importante la renovación de capital humano en estas comisiones, así como la captación de autores, traductores, etc.

P.- ¿Qué se podría hacer o mejorar en cuanto a colaboraciones con editoriales y otras instituciones académicas en la edición de libros y otras publicaciones?

J. P.- En lo tocante a editoriales y otras entidades, debemos dinamizar nuestras relaciones y estar siempre atentos a nuevos proyectos de publicación. Es fundamental buscar trabajos ya redactados que puedan representar potenciales publicaciones en nuestras series, motivar a los autores que tienen en mente un proyecto de libro para que lo puedan hacer realidad, mejorar si cabe los convenios suscritos y estudiar las posibilidades que las nuevas tecnologías abren sobre repositorios online de nuestros trabajos. Esto último trasciende a nuestra relación con editoriales o entidades: Por ejemplo, potenciar el papel que las publicaciones de RSME juegan en las redes sociales, o estudiar el recorrido que pudieran tener bancos de grabaciones en vídeo de conferencias de contenido matemático, algo especialmente interesante ahora que las circunstancias sanitarias nos han hecho cambiar drásticamente nuestra forma de exponer resultados en seminarios y congresos.

P.- ¿Y qué hay de las publicaciones de la RSME: Gaceta, Boletín, Revista Matemática Iberoamericana (RMI)? ¿En qué se puede mejorar?

J. P.- Cada una de ellas cubre un sector específico. La RMI ha alcanzado hace tiempo un grado de madurez y prestigio indudables. Está muy bien cimentada en el contexto internacional, con alto impacto y una estupenda integración en la EMS. Es, por decirlo de alguna forma, el buque insignia de la excelencia de publicaciones de investigación en la RSME. La Gaceta es el órgano de expresión de la RSME, con variedad de secciones: historia, educación, olimpiadas, matemática computacional, artículos sobre investigación y reseñas de libros. Finalmente, el Boletín es una herramienta más dinámica, completamente digitalizada y enfocada a la difusión de noticias. Las tres gozan de envidiable salud, aunque hay que cuidar de que siga siendo así, estando atentos a sus necesidades y ayudando en lo posible.

P.- ¿Algún mensaje final para el conjunto de la RSME y la divulgación de su labor?

J. P.- Las publicaciones de la RSME son fruto del trabajo de muchos colegas. Es nuestro deber no sólo crear nuevas matemáticas, sino transmitir aquellas ya creadas asegurando la pervivencia del avance de conocimiento en este campo. Quiero terminar agradeciendo el trabajo desinteresado de todos los que han aportado y aportan su experiencia y su buen hacer para que estos objetivos se sigan cumpliendo.