Uno de los nuevos paradigmas en la educación universitaria es la llamada formación dual. Por Formación Universitaria Dual se entiende aquella orientada a desarrollar un proyecto de aprendizaje integrado en el entorno académico y profesional, con una especial corresponsabilidad entre la universidad, la empresa o entidad y el alumnado en su codiseño y codesarrollo. Esto se aplica no sólo a los grados sino también a los másteres. Este tipo de títulos está relacionado (y en cierta manera, desarrolla) las conocidas prácticas en empresa.

Esta formación está escasamente implantada en España, aunque bastante avanzada en el País Vasco. De hecho, la Comisión Asesora de la agencia vasca UNIBASQ aprobó una Resolución en octubre de 2020 en la que se contempla ya un protocolo para la obtención de la etiqueta correspondiente, y este trabajo de evaluación y seguimiento ya está en marcha. Pero este no parece ser el caso de otras Comunidades Autónomas.

En el informe La formación dual en España se analiza precisamente esta situación y, aunque el informe es de 2018, no parece que la situación difiera mucho de la actual, agravada además por los condicionantes de la pandemia de la Covid-19. Los hallazgos del citado informe son:

  • Durante los últimos años, la formación profesional dual ha experimentado un crecimiento sostenido en España, con iniciativas en numerosas comunidades autónomas.
  • Por el contrario, en el sector de la educación universitaria la formación dual constituye un terreno inexplorado. Tan solo en el País Vasco se está avanzando de forma pionera en este ámbito desde 2017.
  • A nivel político, la promoción de medidas de formación dual es muy reducida, tal y como prueba la escasa actividad parlamentaria de impulso de nuevas medidas. Dicho impulso queda en manos del correspondiente Gobierno territorial.
  • Tanto la UE como el Gobierno central cuentan con iniciativas marco que tratan de homogeneizar el desarrollo de la formación dual en España. No obstante, al dejar el desarrollo efectivo de las políticas en manos de las CCAA se generan relevantes disparidades territoriales.
  • El sector privado, los centros educativos y la sociedad civil juegan un papel fundamental actualmente en el impulso y la creación de nuevos programas de formación dual en España.

El informe concluye con una serie de propuestas incluidas en el documento Propuestas para la educación del siglo XXI de Multinacionales por marca España entre las cuáles se encuentran:

  • Promover la formación dual, en la formación profesional y en grados y masters universitarios, que combine experiencia laboral con formación para el trabajador. El impulso de la formación dual por su contenido práctico mejoraría la empleabilidad de los jóvenes, contribuyendo a bajar nuestra elevada tasa de desempleo juvenil.
  • Definir un marco regulatorio común en todas las CCAA para facilitar la formación dual en grandes empresas, garantizando la aplicación de criterios de calidad en las empresas formadoras, flexibilidad en su aplicación, selección de los candidatos por parte de las empresas, salario del aprendiz, etc.
  • Facilitar la implantación de la formación dual en pequeñas y medianas empresas con medidas de apoyo (económicas, de asesoramiento, de flexibilidad, etc.) para aquellas que carezcan de la infraestructura y recursos necesarios para adoptarla (centros compartidos de formación).
  • La formación profesional debe ser reformada y promovida como una opción válida para que los jóvenes ingresen en el mercado laboral.
  • Ampliar la oferta educativa de formación profesional de grado medio, tanto en número de titulaciones por familia profesional como en número de plazas, llegando a homologar su implantación a la de los países europeos de referencia.
  • Incrementar el papel del mundo empresarial en la ordenación de la formación profesional, adaptándola a la oferta formativa.
  • Agilizar el proceso de actualización del mapa de cualificaciones, títulos de formación profesional y certificados de profesionalidad, de modo que constituyan una oferta real y acorde con las ofertas y necesidades de futuro del mercado del trabajo.

De este interés por las multinacionales en la formación dual se deduce la relevancia de apostar por este tipo de titulaciones que, en cualquier caso, deben mantener todo el rigor y garantías acostumbradas en el ámbito universitario.

Digamos para finalizar que son las universidades las que deben mover ficha rápidamente, pues gozan de la autonomía necesaria para implantar nuevas titulaciones adaptadas a su entorno. No es de extrañar que sea la Comunidad Autónoma Vasca la que pionera en esta iniciativa, dado el tejido empresarial del que dispone, y que precisa por tanto de profesionales bien formados.

La formación dual abre nuevos horizontes en el mundo universitario, permitiendo incrementar la colaboración con la empresa aparte de cumplir con su labor formativa. Es mucho más que esas prácticas de empresa, se trata de un auténtico compromiso universidad-empresa que tendrá consecuencias positivas para ambas partes: aumentar la tasa de empleo de egresados y con empleos mejor adaptados a las necesidades de las empresas. Y mirando más lejos, contribuir a disminuir las terribles tasas de desempleo de los jóvenes en nuestro país, una lacra con la que no se puede seguir conviviendo.