El viernes 24 de septiembre de 2021, a dos meses de cumplir 81 años, Antonio nos dejó. Muchos estábamos pendientes de él, pero inesperadamente, sin ruido y sin dolor, ¡qué suerte!, el Maestro nos ha dejado huérfanos. Hemos seguido puntualmente su enfermedad y nos queda el consuelo de que siempre nos sintió muy cerca. Pero ese hombre enjuto, puro vendaval en el trabajo y las ganas de vivir, ocupaba mucho volumen de quienes nos sentíamos próximos, tanto que ese vacío será muy difícil de llenar.

Primero maestro, siempre amigo, nos legó un ejemplo imborrable de honradez que, a su imagen, hemos sabido transmitir de generación en generación. El muy saludable estado que la Geometría Diferencial española goza hoy debe mucho a Naveira.

Los estudios de Matemáticas en la Universidad de Santiago comenzaron en el curso académico 1957-58 y el profesor Naveira se graduó en la tercera promoción. Su tesis, bajo la dirección de D. Enrique Vidal, defendida en 1968, fue la primera de Matemáticas presentada en dicha universidad. Allí comenzó su carrera docente, como profesor contratado, el 1 de octubre de 1965, puesto que mantuvo hasta el 30 de septiembre de 1973. Permaneció dos años más en Santiago ya como profesor adjunto de universidad, accediendo a la Universidad de Granada, como profesor agregado, durante el curso 1975-76. Consiguió la cátedra de la Universidad de Valencia el 1 de octubre de 1976, donde permaneció desde entonces, hasta su jubilación el 30 de septiembre de 2011. La Universidad de Valencia le otorgó el nombramiento de Profesor Emérito desde el 1 de octubre de 2011 durante tres años, y se lo renovó en octubre de 2014.

Antonio Martínez Naveira

Quiso dejar Santiago para iniciar su propio camino con un único, pero crucial a la postre, curso académico en la Universidad de Granada. En la ciudad de la Alhambra dejó una semilla imperecedera, pues significó el origen del grupo de Geometría y Topología de la Universidad de Granada, uno de los grupos de investigación de mayor relevancia y reconocimiento internacional.

Sus múltiples y variadas colaboraciones internacionales son una muestra de lo que fue una constante en su trayectoria académica: internacionalizar la matemática española. Comenzó con su estancia postdoctoral en París a finales de los setenta, que tanto influyó en su futuro investigador, y que continuó a principios de los ochenta con la organización de los encuentros internacionales de geometría, primero en Santiago y después los inolvidables “Peñíscolas”.

Fue presidente de la Comisión Ejecutiva nombrada para la reconstitución de la RSME. Tras el éxito de esta primera fase, fue elegido como su primer presidente -de diciembre de 1996 a septiembre de 2000- y artífice de lo que hoy es y representa la RSME, tanto a nivel nacional como internacional.

Naveira fue distinguido por la RSME como Socio de Honor, con motivo de la celebración del primer centenario de la institución, y con una de las tres primeras Medallas de Oro. Desde el 7 de diciembre de 2005 era Académico Correspondiente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y desde el 14 de febrero de 2014, Académico Correspondiente de la Academia de Ciencias de Granada.

Su mujer, hijos y nietos fueron los tres pilares que sustentaron la vida de Antonio, pero fue la investigación el motor que la impulsó. Con una fuerza y fe inquebrantables, una intuición desbordante y una tenacidad a prueba de bomba, mantuvo esta bandera hasta el final de sus días. Su última publicación, con 80 años, es de 2020 y una semana antes de su pérdida todavía nos solicitaba un preprint para redactar el artículo que llevaba entre manos sobre las clases de Chern de una nueva variedad.

Era delicioso escuchar su carcajada cuando le recordábamos su lapidaria frase: “Yo introduje la curvatura en España”. Estamos seguros de que su nobleza de espíritu, bonhomía y generosidad le han hecho merecedor de un hueco en el Paraíso, donde no nos cabe la menor duda de que “también tratará de introducir la curvatura”. El orgullo que siempre mostró por el éxito de sus discípulos se hizo contagioso. Su ejemplo es la mejor herencia que hemos recibido y que hemos o estamos intentado transmitir a quienes confiaron en nosotros. Descansa en paz, Maestro.

Luis M. Hervella, Manuel Barros, Antonio Ramírez, Vicente Miquel, Angel Ferrández, Olga Gil, Francisco Carreras, Salvador Segura, Teresa Arias, Ximo Gual, Ana D. Tarrío y Pablo M. Chacón.