Durante los días 5, 6 y 7 de noviembre, la RSME participó en el encuentro organizado por la Comisión de Educación del Comité Español de Matemáticas (CEMat) para abordar los retos de la enseñanza en un modelo virtual. Una cita que, con el apoyo del Centro Internacional de Encuentros Matemáticos (CIEM), se ha celebrado en Castro-Urdiales (Cantabria).

Asistieron 32 profesores y profesoras de las diferentes sociedades que componen el CEMat, así como un representante de la Asociación Nacional de Estudiantes de Matemáticas (ANEM). Por parte de la RSME, participaron Victoria Otero Espinar (Universidad de Santiago de Compostela), Lucía Rotger (Universidad de La Rioja) y Luis J. Rodríguez Muñiz (Universidad de Oviedo), presidente de la Comisión de Educación.

Las jornadas se organizaron en torno a cinco paneles temáticos, en los que se analizaron los modelos de enseñanza cuando no es posible el presencial; las ventajas e inconvenientes sobre diferentes modelos (presencial, híbrido, virtual); los recursos y materiales para modelos virtuales y mixtos; la formación que se necesita para acometer los nuevos retos y las perspectivas de futuro. Como es habitual en estas jornadas, a su término elabora un documento de conclusiones y de recomendaciones, que se hará público en las próximas fechas. A modo de avance, podemos comentar algunas de las ideas expuestas.

Tanto ponentes como asistentes a los debates señalaron que la pandemia del COVID ha servido para dar relevancia a soluciones tecnológicas que ya existían y habían pasado desapercibidas o infrautilizadas. Con la pandemia, muchos de esos recursos se han incorporado a la acción docente, tanto en situaciones de clases en alternancia como simultáneas en línea y presencial, pero también en las clases totalmente presenciales una vez han sido recuperadas.

Otro aspecto que emergió durante las ponencias y los debates ha sido la necesidad de repensar, no solamente la forma en la que se enseñan las matemáticas, sino cómo la tecnología y las formas de impartir la docencia modifican los propios contenidos y objetivos de aprendizaje matemático, lo cual afectaría a todo el diseño curricular y en todas las etapas. Este rediseño supone un reto para las sociedades que forman el CEMat y, en general, para todo el ámbito de la educación matemática.

Por último, y a la espera del documento definitivo de conclusiones, las jornadas han servido para subrayar la necesidad de que lo tecnológico, sea derivado de una situación de pandemia o por cualquier otro motivo, no puede supeditar lo didáctico en la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas, sino que, al contrario, debemos utilizar, desarrollar y promover tecnología que se ajuste a las necesidades de la educación matemática en todas las etapas educativas.