En el ámbito de la investigación matemática, los congresos constituyen una de las principales actividades sociales del colectivo. Además de servir para dar a conocer los resultados más novedosos en las distintas ramas de las matemáticas, permiten establecer nuevos contactos, nuevas colaboraciones o, en general, encontrarse con colegas conocidos.

Entre los investigadores jóvenes, establecer su propia red de contactos y colaboradores puede ser un factor determinante para el éxito de su carrera profesional. Es por ello por lo que, quizás, precisamente los congresos sean más importantes para ellos que para los investigadores más asentados. Y, sin embargo, los jóvenes pueden estar menos inclinados a participar en determinados congresos, especialmente durante los primeros años de su carrera científica.

En esto pueden influir muchos factores. Por un lado, los más jóvenes aún no tienen una gran cantidad de resultados que presentar. Por otro lado, la financiación en nuestro país puede resultar problemática. Pero, sin duda, una de las dificultades a las que se enfrentan los jóvenes en sus primeras participaciones en congresos es la cohibición que supone intervenir en debates o presentar sus resultados, que pueden percibir como “simples”, “pequeños” o “sin importancia”, ante una audiencia especializada que incluye a expertos en el área, y la percepción de que van a juzgar su trabajo. Esta sensación añade una gran cantidad de estrés a los jóvenes antes de sus primeras presentaciones.

Una forma de enfrentarse a esta situación es, por supuesto, a la fuerza: a base de hacer presentaciones, nos acostumbramos y dejamos de lado los sentimientos negativos que acompañan a las primeras veces. Pero otra forma más positiva y que permite un aprendizaje más paulatino es la de hacer presentaciones en entornos más amigables, con un público que el ponente pueda percibir como más próximo: los congresos de jóvenes.

En España, por supuesto, cabe destacar el Congreso de Jóvenes Investigadores de la RSME, que se celebra desde hace más de una década y nació precisamente para facilitar que los investigadores jóvenes pudiesen compartir su investigación y establecer nuevas colaboraciones. Sin embargo, este congreso aglutina a jóvenes con hasta varios años de experiencia posdoctoral, por lo que aún puede resultar desafiante para los investigadores más jóvenes, que pueden percibir a muchos de estos otros participantes como expertos en sus respectivas áreas.

En el otro extremo del espectro se incluyen algunos congresos de estudiantes, que también pueden servir para establecer una amplia red de contactos que, en caso de una futura carrera en la investigación, puede ayudar a establecer colaboraciones. Aquí destaca especialmente el Encuentro Nacional de Estudiantes de Matemáticas, organizado por la Asociación Nacional de Estudiantes de Matemáticas con el patrocinio de la RSME, un congreso con más de veinte años de historia que se celebra en verano y está abierto a estudiantes de Matemáticas, Estadística y carreras afines.

También hay diversas escuelas de matemáticas que pueden cumplir el papel de establecer una red de contactos en un área concreta. En España es el caso, por ejemplo, de la Escuela JAE de Matemáticas, organizada por el ICMAT, o de la Escuela-Taller de Análisis Funcional organizada por la Red de Análisis Funcional y Aplicaciones, ambas con el propósito añadido de animar a jóvenes estudiantes a seguir una carrera en investigación matemática. Existen otras muchas escuelas que tratan temas específicos abiertas a un público investigador joven, entre las que en España destaca la Escuela Lluís Santaló organizada por la RSME o la Escuela de Verano SEIEM-SPIEM. Pero estas escuelas y congresos de estudiantes, en general, no proporcionan un espacio en el que investigadores jóvenes puedan presentar su propio trabajo.

La mejor plataforma para que los investigadores primerizos puedan tener esta experiencia son los congresos específicamente dirigidos a estudiantes de doctorado. Existen muchos de este estilo a nivel internacional, tanto de carácter generalista como restringidos a áreas específicas.

En España, se ha celebrado en los últimos años el congreso BYMAT, un congreso para estudiantes de doctorado y doctores recientes que ha atraído también a una gran cantidad de investigadores internacionales. En otros países existen algunos eventos similares, como puede ser el caso del British Early Career Mathematicians’ Colloquium o el Young Researchers in Mathematics en el Reino Unido, la New Zealand Mathematics and Statistics Postgraduate Conference en Nueva Zelanda o la Australian Mathematical Sciences Student Conference en Australia. También se organizan, a nivel local, diversas jornadas doctorales que pueden servir para coger soltura dando presentaciones.

También hay muchos congresos para jóvenes con temáticas más restringidas. Por poner solo algunos ejemplos, podemos considerar el Rencontre des jeunes chercheuses et jeunes chercheurs del GDR Platon, el congreso Young Geometric Group Theory, los talleres EUROYoung y Géométrie Algébrique en Liberté, la Postgraduate Combinatorial Conference o el Novembertagung. Muchos de estos eventos están abiertos a un público internacional, y pueden ser ideales para que jóvenes investigadores adquieran más experiencia y consigan contactos en otros países. Pese a que no hay muchos eventos similares en el ámbito nacional, tenemos el Encuentro de Jóvenes Topólogos, organizado por la Red Española de Topología. También destaca el Workshop de Jóvenes Investigadores organizado por la UCM, y en la UCM se organizó también recientemente la Sesión Especial de Doctorandos Iberosing.

Evidentemente, puede haber una larga lista de congresos de jóvenes en España que, simplemente, no conocemos. Si nos hemos dejado alguno, agradeceremos a los lectores que nos lo hagan saber a través de jovenes@rsme.es.

Desde aquí queremos animar a todos los investigadores jóvenes a participar en diferentes congresos, sobre todo los que están especialmente dirigidos a ellos. Esto requiere también del apoyo de toda la comunidad matemática para la organización de eventos que les den la oportunidad a los investigadores de ganar confianza en estos entornos.