El 12 de mayo se celebra el Día Internacional de la Mujer Matemática, una cita para la que se han previsto múltiples actividades y ante la que hemos querido entrevistar a la nueva presidenta de la Comisión de Mujeres y Matemáticas de la RSME, Laura Saavedra, para hablar de la situación de las mujeres en esta ciencia.

Laura Saavedra Lago

Pregunta.- Los datos indican que los hombres tienen más presencia en la investigación en matemáticas, puestos de responsabilidad en centros de investigación y universidades, la participación en congresos… ¿Ha cambiado algo en los últimos años?

Laura Saavedra.- Pues algo ha cambiado, aunque muy lentamente, y muy poco en algunos campos como la ingeniería, dónde trabajamos también algunas matemáticas. Aunque sí es cierto que sobre el papel tenemos las mismas oportunidades, la realidad se empeña en demostrarnos una y otra vez que no es así. Creo que aún queda mucho por hacer, en muchos ámbitos, para lograr una igualdad efectiva. Algo positivo es que se habla del tema y se intenta hacer algo al respecto, hay asociaciones, comisiones, etc. formadas por mujeres y también por hombres, estudiando la situación y llevando a cabo iniciativas. Para conseguir la igualdad tenemos que remar todos en el mismo sentido.

P.- Hasta ahora la presencia de mujeres en los estudios de grado ha sido similar o incluso superior a la de los varones, pero parece apreciarse un cierto retroceso. ¿A qué se puede deber?

L. S.- Las matemáticas se han visto tradicionalmente como una carrera cuyo futuro era exclusivamente la docencia, a diferentes niveles. Hace unos 15-20 años, empezó a notarse que las empresas, generalmente consultorías informáticas, estaban cada vez más interesadas en tener a matemáticas y matemáticos entre sus filas. Además, se hizo un esfuerzo desde la universidad para dar a conocer el potencial de la “ingeniería matemática” en la industria. En la actualidad, conceptos de tecnología como “big data”, redes neuronales artificiales, computación cuántica, etc. ya nos suenan a todos y han convertido a las matemáticas, desde su versión más pura a la más aplicada, en una carrera con mucha empleabilidad.

En mi opinión, éste es el motivo de que cada vez más hombres, y menos mujeres, se están matriculando en el Grado en Matemáticas. Escuchando en una entrevista a María-Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, ella comentaba que cada vez que una disciplina se relaciona con una profesión de prestigio es una disciplina que se “masculiniza”. Esto mismo pasó hace unos años con la programación. Antes de la aparición del ordenador personal, las mujeres participaban en igualdad a la hora de programar las computadoras, y había una gran cantidad de mujeres que estudiaban informática, situación muy distinta a la actual. Esto era debido a que la profesión con prestigio era la relacionada con el desarrollo del hardware y no con el software. Cuando esta situación cambió, las empresas empezaron a nombrar directivos a hombres con formación en programación. Tampoco ayudó mucho la popularización de la imagen del informático como “friki” con el que gran parte de las mujeres no se sienten identificadas. Yo creo que en este proceso se encuentran actualmente los grados en Matemáticas. Llegará un momento en el que las empresas no contratarán a mujeres matemáticas porque dirán que no hay, igual que ocurre ahora con las ingenierías.

P.- ¿Qué se puede hacer para que las más jóvenes vean las matemáticas como algo atractivo y alcanzable más allá de los estereotipos?

L. S.- No sé si existe una respuesta clara e irrefutable a esta pregunta. Yo, desde luego, no la tengo. A largo plazo, lo único que va a cambiar la situación es la educación, desde las etapas más tempranas, desde las familias. Hay que desterrar de la sociedad el estereotipo extendido de que las mujeres que son buenas en ciencias lo son porque se esfuerzan mientras que los hombres lo son porque son inteligentes. Un profesor, en mi último año de instituto, me dijo que las mujeres no podíamos estudiar matemáticas, porque teníamos inteligencia intuitiva (sigo sin saber qué significa eso); que podríamos esforzarnos y sacar la carrera con mucho estudio, pero que nunca haríamos algo importante. Imagina el daño que puede hacer este mensaje a una adolescente delante de toda su clase. Según algunas compañeras profesoras de educación secundaria este estereotipo está aún muy presente. En mi opinión, es importante que existan redes, como esta comisión, que permitan, por un lado, establecer referentes de mujeres en matemáticas y, por otro lado, estudiar y establecer medidas para tratar de solucionar la situación en la actualidad. Redes que sirvan para empoderar a las mujeres y darles visibilidad que las ayude a tener menos miedo, a progresar y a demostrar evidencias. No creo que sea necesario hacer que las matemáticas sean más atractivas para las mujeres, sino que las vean como algo que sí pueden hacer, porque ya lo estamos haciendo muchas y lo estamos haciendo muy bien, al menos tan bien como nuestros compañeros.

P.- ¿Por qué es importante dar visibilidad a referentes de mujeres matemáticas?

L. S.- Es importante dar visibilidad a mujeres matemáticas, pero también a más minorías que están haciendo matemáticas, para que las niñas y niños se identifiquen con estos referentes y no se sientan excluidos de una disciplina como las matemáticas que no puede ser más igualitaria. Yo tenía muy claro que quería estudiar matemáticas desde niña, pero, en aquel momento, no había ni una sola mujer matemática ni científica cuyos logros o trabajos se estudiasen en clase. Al igual que tampoco conocíamos muchos matemáticos no occidentales o de diferentes razas. No creo que la situación sea muy diferente en la actualidad. Yo creo que esto puede echar atrás a muchas mujeres a las que les gusten las matemáticas, pero que quizás no lo tengan tan claro o sientan que no son capaces y esto les lleve a acabar estudiando otra carrera en donde sí que existan más referentes con los que sentirse identificadas.

Hay que dar visibilidad a los distintos tipos de mujeres que hacemos matemáticas, cambiar el referente de matemático-científico hombre, generalmente blanco, genio y un poco loco. ¿Cuántos avances científicos no se hacen porque hay mujeres con miedo a no estar a la altura? ¿Podemos permitirnos esto como sociedad?

Actualmente tenemos a una mujer presidiendo la RSME. Esperamos que esto contribuya a dar visibilidad a las mujeres matemáticas y sirva también para animar a las mujeres, en general, a ocupar puestos de representación.

P.- Como presidenta de la Comisión de Mujeres y Matemáticas de la RSME, ¿qué mensaje lanzarías a esas jóvenes que están pensando en dedicarse a las matemáticas como profesión de futuro?

L. S.- Que lo hagan, las matemáticas nunca decepcionan, no como las personas (sonríe). Fuera bromas, les diría que hacen falta mujeres en todo tipo de puestos en profesiones relacionadas con la tecnología. Que las matemáticas le requieren esfuerzo a absolutamente todo el mundo, y que se pueden hacer matemáticas sin necesidad de ser genios, disfrutando del camino y haciendo de ellas tu profesión, además de una vocación. Y, si se me permite, a las empresas les diría que, con las cifras en la mano, se puede probar que la igualdad siempre es un buen negocio.