Fernando Blasco. Comisión de Divulgación

Por cuarta vez se ha entregado en el Congreso Internacional de Matemáticos el Premio Leelavati. Este reconocimiento toma el nombre del tratado en el que, en forma de poema, Bhaskara II proponía problemas a Leelavati y le daba pistas para su resolución. Bhaskara acercaba las matemáticas a Leelavati y este premio se otorga a quienes han desempeñado un papel destacado en la divulgación de las matemáticas. Se une a los premios que se conceden por trabajos de investigación a jóvenes (medallas Fields), a matemáticas relacionadas con la computación (medalla Abacus), aplicaciones fuera de las propias matemáticas (premio Carl Friedrich Gauss) o a los logros destacados de toda una vida dedicada al estudio de las matemáticas en su más alto nivel (Medalla Chern). De este modo, se reconoce la importancia de la divulgación de las matemáticas como una de las tareas propias de la profesión.

El primer galardonado con el premio Leelavati fue Simon Singh, un físico mundialmente valorado por sus libros y documentales sobre divulgación matemática. El segundo galardonado fue nuestro querido Adrian Paenza, matemático, pero, al mismo tiempo, muy conocido como comentarista deportivo en Argentina. Ha sido capaz de usar su faceta de comunicador para atraer a muchas personas hacia las matemáticas como consecuencia de sus programas de televisión y sus libros (que, además, por acuerdo con su editorial, están disponibles gratuitamente en la página web de la Universidad de Buenos Aires). El tercer premiado fue Ali Nesin, por su importante contribución a la popularización de las matemáticas en Turquía y, en particular, por su incansable trabajo de creación del “Pueblo Matemático” como un lugar excepcional y lleno de paz para la educación, investigación y exploración de las matemáticas. El “Pueblo Matemático” estuvo amenazado de demolición en 2017 por haber sido construido ilegalmente. Desconozco la situación actual, pero al ir a buscar el enlace al “pueblo matemático” en su página web veo que no conduce a ninguna parte y que, sin embargo, sí están operativos otros enlaces. Me lleva a pensar que “el pueblo” tiene serios problemas.

En el reciente ICM el premio se ha otorgado a Nikolai Andreev, del Instituto Matemático Steklov de la Academia Rusa de Ciencias. Allí él dirige el laboratorio de popularización y promoción de las matemáticas. Los miembros del Instituto Steklov no solo investigan, sino que también imparten clases tanto en diferentes universidades de Moscú, como en el propio Instituto. Por las tardes se organizan cursos y talleres gratuitos que pueden ser reconocidos por las universidades. El Instituto de Investigación se abre a estudiantes y profesionales de las matemáticas y a la sociedad entera. El motivo por el que se ha concedido este premio a Andreev es por desarrollar modelos y animaciones que ayudan a comprender las matemáticas. Esa idea de hacer las matemáticas tangibles es la misma idea a la que nos hemos referido con anterioridad en este mismo espacio al hablar de las labores de los museos de matemáticas.

Podemos encontrar las animaciones diseñadas por Andreev en la página de su proyecto Etudes, donde no solo encontraremos animaciones parecidas a las que podemos ver en muchos otros sitios web, sino una fina popularización de las matemáticas que ayuda a conocer el patrimonio científico y tecnológico ruso. Por ejemplo, una animación describe el proyecto de Vladimir Shukhov para construir torres de comunicaciones. Se describe incluso el proceso de construcción de una torre reticular, basada en un hiperboloide, que habría sido 50 metros más alta que la torre Eiffel y, al mismo tiempo, 4 veces más ligera. La torre no llegó a construirse por falta de suministro de hierro, pero el hecho y la descripción están muy bien detallados. Y lo bonito del proyecto es que se hace desde el instituto de Investigación Steklov. Además del ruso, el contenido de la página se muestra en inglés, francés e italiano.

Parece que vamos por buen camino puesto que en España se están desarrollando proyectos similares a los que han llevado a que se otorgase este premio a Andreev. Por una parte, se están produciendo vídeos y animaciones de calidad y, por otra, se están creando cada vez más centros donde se pueden tocar y manipular las matemáticas. Aparte de estas, hay muchas otras ideas para popularizar y divulgar nuestra ciencia haciendo un trabajo serio y de calidad, pero hace falta un apoyo serio de las instituciones para llevarlo a cabo.