Comisión Científica

Desde 1982, el ministerio competente en Ciencia otorga los Premios Nacionales de Investigación en distintas ramas científicas. Hubo que esperar al año 2001 para que las Matemáticas (junto con las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) se incluyeran entre esas ramas creándose el Premio Julio Rey Pastor. Este matemático riojano de principios del siglo XX y geómetra heredero de Klein fue clave en la fundación de la RSME e impulsor de las matemáticas en nuestro país y en Argentina. Diversas asociaciones científicas son las que pueden proponer candidatos a dichos premios y la RSME es una de ellas, a lo que la Comisión Científica contribuye con su asesoramiento.

El primero en recibir este premio en 2001 fue el aragonés Mateo Valero Cortés (1952), doctor ingeniero en Telecomunicación por la Universidad Politécnica de Cataluña, profesor e investigador en Arquitectura de Computadores de la Universidad Politécnica de Cataluña y director del Barcelona Supercomputing Center. Su currículum es amplísimo en investigación, docencia y gestión. Destacamos sólo algunas pinceladas: ha publicado más de 700 artículos, ha gestionado varios centros de computación y ha impulsado diferentes redes de supercomputación a nivel nacional e internacional, como la Red Española de Supercomputación (RES), el Partnership for Advanced Computing in Europe (PRACE) y la Red Iberoamericana de Supercomputación (RISC), recibiendo múltiples reconocimientos a lo largo de su carrera, como el premio Eckert-Mauchly (2007), que es el mayor galardón a nivel internacional en Arquitectura de Computadores, el premio de supercomputación Seymur Cray (2015), el premio Charles Babbage (2017) o el premio Goode (2009). Cuenta con dos premios nacionales, además del Rey Pastor, el Leonardo Torres Quevedo.

En 2003, el premio recae en el matemático e ingeniero de Telecomunicaciones asturiano Juan Luis Vázquez Suárez (1946). Doctor por la Universidad Complutense de Madrid, y catedrático de matemática aplicada en la Universidad Autónoma de Madrid, es experto en análisis de ecuaciones en derivadas parciales. Ha publicado más de 300 artículos y es miembro numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Física y Naturales, entre otras distinciones, además de Medalla de la RSME.

En 2005 vuelve a recaer en el área de las TIC con el ingeniero informático madrileño Manuel de Hermenegildo Salinas (1959), catedrático del Departamento de Inteligencia Artificial de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y director del Laboratorio CLIP (Lógica computacional, Lenguajes, Implementación y Paralelismo), una unidad de investigación conjunta UPM-IMDEA Software. Investiga en ciencia y tecnología para el desarrollo de programas: verificación de software, depuración, seguridad, privacidad, lenguajes de programación, entornos, optimización, paralelización, modelado, etc.

Las ecuaciones en derivadas parciales vuelven a ser protagonistas en 2007 con el matemático vasco Enrique Zuazua Iriondo (1961), doctor por la Universidad de País Vasco y por la Universidad Pierre et Marie Curie de Paris. Ha sido catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y, actualmente, lo es de la Universidad Autónoma de Madrid. Fundador y primer director científico del BCAM (Basque Center for Applied Mathematics), ha ocupado distintas cátedras internacionales, en la actualidad la Cátedra de Dinámica, Control y Numérica en la Universidad de Erlangen–Nuremberg. Su investigación trata sobre ecuaciones en derivadas parciales, teoría de control y análisis numérico. Cuenta con numerosas distinciones, entre las que destaca el premio Humboldt de investigación.

En 2009 lo recibe el investigador valenciano José Francisco Duato Marín (1958), doctor y catedrático en la actualidad de la Universidad Politécnica de Valencia. Su línea de investigación está basada principalmente en el campo de las redes de interconexión.

En 2011 el galardón recae en el matemático murciano Antonio Córdoba Barba (1949), catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del ICMAT. Especialista en análisis de Fourier y ecuaciones en derivadas parciales, es doctor por las Universidades Complutense de Madrid y de Chicago. Fue presidente de la Comisión Científica de la RSME y Medalla de la Sociedad.

Se produce un largo paréntesis que cambia la paridad de este premio bianual. En 2018 lo recibió el físico e informático catalán Ramón López de Mántaras (1958), de la Universitat Autònoma de Barcelona y el CSIC. Este doctor en física e informática es pionero en el estudio de la Inteligencia Artificial.

En 2020 el premio recae en la matemática catalana Carme Torras Genis (1956). Es profesora de Investigación del Institut de Robòtica i Informàtica Industrial (CSIC) en la Universitat Politècnica de Catalunya. Fue galardonada por sus aportaciones pioneras en el área de la robótica inteligente, a nivel nacional e internacional y, en especial, en el campo de la robótica social. Hasta finales del año pasado fue miembro de la Comisión Científica de la RSME.

La periodicidad de los premios pasa a ser anual y en 2021 se concede al matemático madrileño Luis Vega González (1960). Este catedrático de la Universidad del País Vasco e investigador del BCAM ha sido reconocido por sus contribuciones en el análisis armónico para ecuaciones diferenciales dispersivas.​ Doctor por la Universidad Autónoma de Madrid (bajo la dirección del también premiado Antonio Córdoba), ha sido también director del BCAM.

En 2022 el premio ha recaído en el geómetra murciano Antonio Ros (1957). Es licenciado y doctor en Matemáticas por la Universidad de Granada, donde en 1984 defendió su tesis doctoral. Desde 1989 es catedrático de Geometría y Topología en dicha universidad. Su trabajo en la formación de estudiantes de tesis ha contribuido de manera decisiva a que la escuela de geometría de Granada sea un referente internacional en superficies mínimas y de curvatura media constante. Es uno de los geómetras españoles más reconocidos a nivel mundial por sus contribuciones en el campo de las superficies mínimas, superficies de curvatura media constante y el problema isoperimétrico. Autor de más de 70 publicaciones científicas, en su investigación utiliza potentes herramientas de análisis matemático. Como reconocimiento a su trayectoria profesional y, en particular, a sus relevantes y continuas aportaciones, en 2020 fue distinguido con la Medalla de la RSME.

Desde el año 2022 se entrega también el Premio Nacional de Investigación para Jóvenes, que para las Matemáticas y las TICs lleva el nombre de María Andresa Casamayor, aragonesa del siglo XVIII que logró que se publicaran sus textos de matemáticas, algo muy complicado en la época. El ingeniero informático murciano Carlos Gómez Rodríguez (1982), catedrático de la Universidade da Coruña, ha sido el primer galardonado con este premio por sus aportaciones al desarrollo de algoritmos que incorporan el lenguaje natural a entornos digitales propios de la inteligencia artificial.

 

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