Evelyn Boyd Granville, una de las primeras mujeres afroamericanas en recibir un doctorado en matemáticas de una universidad estadounidense, y cuyo innovador trabajo en computadoras incluyó ayudar a calcular trayectorias orbitales y escenarios de aterrizaje lunar para el programa espacial, murió el 27 de junio en su casa en Silver Spring, Maryland, a los 99 años.

Evelyb Boyd Granville
Evelyn Boyd Granville en la Universidad de Texas en Tyler (1991)/ Marketing and Communications Records – University Archives and Special Collections, University of Texas at Tyler

Evelyn Boyd nació en Washington el 1 de mayo de 1924. Su padre, que trabajaba como conserje en su edificio de apartamentos, dejó a la familia cuando ella era joven. Fue criada por su madre y una tía (hermana gemela de su madre), que trabajaban como examinadoras para la U.S. Bureau of Engraving and Printing de los Estados Unidos. Evelyn y su hermana mayor a menudo pasaban parte del verano en la granja de un amigo de la familia en Linden, Virginia.

Estudió en el Dunbar High School, donde se graduó en 1941 como mejor estudiante de su promoción, y recibió una beca parcial para el Smith College de mujeres en Northampton, Massachusetts. Planeaba estudiar francés, pero pronto quedó fascinada por los cursos de matemáticas, física y astronomía.

Se licenció en matemáticas por el Smith College en 1945 y comenzó a trabajar en Yale para obtener su máster (1946), y luego su doctorado (1949) con el título On Laguerre Series in the Complex Domain bajo la supervisión de Carl Einar Hille. Cabe mencionarse que su título de doctorado fue otorgado tan solo 6 ańos después del de Euphemia Lofton Haynes en la Universidad Católica de América, Washington DC, considerado como el primer título de doctor en matemáticas para una mujer afroamericana, y el mismo año en que el de Marjorie Lee Browne en la Universidad de Michigan.

En 1950, tras un breve periodo de investigación en el Instituto de Matemáticas de la New York University, Granville se convirtió en profesora asociada de matemáticas en la Universidad Fisk, universidad históricamente afroamericana de Nashville. Granville solicitó empleo en Fisk con la impresión de que los puestos en otras universidades estaban vetados para las mujeres afroamericanas en ese momento. En Fisk dos de sus alumnas, Vivienne Malone-Mayes y Etta Zuber Falconer, completaron un doctorado en matemáticas.

Durante este periodo sufrió casos de discriminación. Por ejemplo, en 1951 asistió junto con Lee Lorch, presidente del departamento de matemáticas de la Universidad de Fisk, y dos colegas afroamericanos, Walter Brown y H. M. Holloway, a la reunión de la Mathematical Association of America en Nashville. Aunque pudieron participar en las sesiones científicas, el organizador del banquete de clausura se negó a honrar las reservas de estos cuatro matemáticos. Granville y sus colegas escribieron a los órganos de gobierno de AMS y MAA solicitando estatutos contra la discriminación. Aunque no se cambiaron los estatutos, se establecieron políticas no discriminatorias que se han observado estrictamente desde entonces.

Trabajó de 1952 a 1956 como matemática aplicada en Diamond Ordnance Fuze Laboratory, un proveedor de la industria de defensa, antes de unirse a IBM entre 1956 y 1960. En IBM, Granville formó parte del equipo que colaboraba con la NASA, fundado en 1958, un año después de que la U.R.S.S. lanzase el satélite Sputnik. Granville se mudó a Los Ángeles en 1960 después de su primer matrimonio. Allí continuó trabajando en los cálculos de vuelos espaciales, primero con Space Technology Laboratories y luego con North American Aviation. Se reincorporó a IBM entre 1962 y 1967. Estuvo en el programa de astronautas Mercury, que lanzó con éxito un cohete con John Glenn a bordo como el primer estadounidense en orbitar la Tierra. Granville escribió programas para rastrear trayectorias orbitales y cálculos críticos que incluían el reingreso seguro a la atmósfera. Más tarde, formó parte como matemática senior de las divisiones que ayudaron a las misiones Apolo, brindando apoyo técnico a los ingenieros que trabajaban en los cálculos del alunizaje. Granville fue parte de un pequeño grupo de mujeres afroamericanas involucradas en el programa espacial y que han protagonizado recientemente el libro y la película Hidden Figures.

En 1967 pasó ocupar un puesto de profesora en la Universidad Estatal de California en Los Ángeles, ocupando más tarde cargos en Texas College, una universidad históricamente negra en Tyler, y en la Universidad de Texas en Tyler, antes de jubilarse en 2010.

Granville escribió en un ensayo de 1989 para la revista académica Sage en el que afirmaba acerca de su formación que “aceptamos la educación como el medio para superar las limitaciones que una sociedad prejuiciosa se esforzaba por imponernos”. En otra ocasión, preguntada por sus logros más importantes, respondió: “En primer lugar, mostrar que las mujeres pueden hacer matemáticas”. Y luego agregó: “Ser una mujer afroamericana, hacerle saber a la gente que también tenemos cerebro”.

Más información en el artículo de Brian Murphy, “Evelyn Boyd Granville, barrier-breaking mathematician, dies at 99”, The Washington Post, publicado el 14 de julio.