“Las matemáticas están en el corazón del bienestar social, de la economía y de las nuevas tecnologías, y son, más que nunca, el idioma que ayuda a descifrar las complejidades del mundo”, ha señalado Victoria Otero, presidenta de la RSME, durante la ceremonia celebrada en el Palacio del Marqués de Salamanca, sede madrileña de la Fundación BBVA. En su discurso, la presidenta de la RSME ha concluido que este campo científico vive “un momento de gran responsabilidad”, cuyo futuro “depende de una educación matemática de calidad y de políticas adecuadas de las distintas administraciones”.

Victoria Otero también ha resaltado “el ejemplo inspirador” y “el enorme talento” de los investigadores galardonados, en un momento crucial para esta disciplina: “Nunca antes las matemáticas habían tenido la trascendencia social que tienen hoy, ni su presencia había sido tan patente en la vida cotidiana o en el entorno empresarial”, ha dicho.

Por su parte, Rafael Pardo, director general de la Fundación BBVA, ha destacado el valor del “conocimiento científico, apoyado en un bucle de realimentación continua entre, por un lado, el razonamiento formal y abstracto facilitado en el grado más alto por la matemática y, por otro, la observación empírica directa y amplificada por sofisticados instrumentos de otras áreas de la ciencia, permite ampliar el horizonte de oportunidades para todos. La matemática representa de la manera más acabada el ideal de la racionalidad, el razonamiento y la convivencia dialogada”.

“Conocer el elenco espectacular de los matemáticos, hombres y mujeres de varias generaciones, premiados en esta y en ediciones precedentes, y descubrir facetas de su trabajo, de las escuelas en las que se han formado y las universidades y centros de investigación en los que desarrollan su investigación, refuerza la confianza en lo mucho ya alcanzado y en lo que podemos lograr como sociedad”, ha concluido el director de la Fundación BBVA.

Victoria Otero, presidenta de la RSME.

Diez galardonados por sus trayectorias científicas de excelencia

Los galardonados en esta XI edición de los Premios Vicent Caselles son: Izar Alonso LorenzoHill Assistant Professor de Matemáticas en la Universidad de Rutgers (EE. UU.); Raúl Alonso Rodríguez, investigador posdoctoral en la Escuela de Matemáticas y Estadística del University College Dublin (Irlanda); Rubén Medina Sabino, profesor ayudante doctor en el Departamento de Estadística, Informática y Matemáticas de la Universidad Pública de Navarra; Juan Muñoz EchánizResearch Assistant Professor en el Simons Center for Geometry and Physics (Universidad de Stony Brook, EE. UU.); Eduardo Tablate Vila, profesor colaborador doctor de Matemática Aplicada en la Universidad CEU San Pablo; y Clara Torres Latorre, investigadora posdoctoral en el Instituto de Ciencias Matemáticas.

Por su parte, Guillem Blanco Fernández, profesor lector en la Universitat Politècnica de Catalunya, ha sido reconocido en la ceremonia con el Premio José Luis Rubio de Francia. Este galardón, dirigido a jóvenes matemáticos de hasta 32 años, españoles o que hayan realizado su trabajo en España, está dotado con una start-up grant de 35.000 euros con la que la Fundación BBVA apoyará la investigación del premiado durante los próximos tres años.

La Fundación BBVA también ha acogido un año más la entrega de las Medallas de la RSME que en esta en esta edición han sido para el profesor Ángel Ferrández Izquierdo, catedrático de Geometría y Topología en la Universidad de Murcia; María del Carmen Batanero Bernabeu, catedrática de Didáctica de la Matemática en la Universidad de Granada; y Gabriel Navarro Ortega, catedrático de Álgebra en la Universitat de València. Estos galardones distinguen cada año a personas que han destacado por sus relevantes y continuas aportaciones en los diferentes ámbitos de las matemáticas, como la educación, la investigación, la transferencia y la divulgación, entre otros, a lo largo de un amplio período de tiempo.

En sus intervenciones, los medallistas de la RSME han puesto en valor las contribuciones que las Matemáticas, en sus diferentes modalidades, tienen para la sociedad en su conjunto. Así, María del Carmen Batanero ha señalado la importancia de áreas como la estadística, «fundamental para la toma decisiones en una sociedad actual saturada de datos”. Ángel Ferrández, por su parte, ha reivindicado el valor de la investigación matemática, y ha recordado que para que ésta pueda ayudar a las demás disciplinas «debe ir 40 años por delante, sin pensar en sus posibles aplicaciones”. Por último, Gabriel Navarro ha subrayado que la distinción más relevante que hay que hacer en Matemáticas es la que hay entre “la matemática buena y el resto”.

Un “diálogo milenario” que representa el “mejor ejemplo” de la creatividad humana

Durante la ceremonia, los galardonados han aludido al valor intrínseco de las matemáticas como disciplina científica. “Las preguntas que estudiamos son parte de una tradición que se remonta a los orígenes del pensamiento humano. Investigar en matemáticas es continuar un diálogo milenario, que no solo busca respuestas, sino también una comprensión más profunda de los patrones que conectan lo simple con lo complejo. Más allá de su utilidad, las matemáticas son el mejor ejemplo de la capacidad creativa de la que somos capaces los humanos. Esa creatividad —que no debe confundirse con el poder de computación— seguirá siendo relevante mañana y en todos los siglos por venir”, ha afirmado Juan Muñoz Echániz. Su trabajo, en el campo de la geometría y la topología, se centra en los espacios —conocidos como variedades— que, vistos a pequeña escala, se asemejan al espacio euclidiano (en tres dimensiones, el espacio euclidiano corresponde al espacio en el que vivimos). Pero las variedades pueden ser globalmente complejas, y el galardonado trabaja para entender sus simetrías.

Además, durante la ceremonia se ha hecho alusión a algunos conceptos matemáticos, como el infinito, que en apariencia son meros ejercicios de imaginación pero que presentan una gran utilidad para modelizar la realidad. “Las matemáticas viven en una riña y conciliación constante con el mundo de ahí fuera”, ha declarado Rubén Medina, que trabaja precisamente en problemas de optimización cuyas soluciones son funciones que viven en un espacio de dimensión infinita. “Pero, si vivimos en un mundo de tres dimensiones, ¿para qué íbamos a querer analizar esos espacios?”, ha cuestionado. “Si bien el infinito es un concepto abstracto, el ser humano es capaz de lidiar con él y entenderlo, y esto es debido a que es muy útil para modelizar muchas situaciones”.

“No hay ninguna aplicación a la vista para lo que yo hago, teoría de regularidad para problemas de frontera libre”, ha explicado por su parte Clara Torres Latorre, “pero conecta el análisis, la geometría y la matemática física”. Su investigación se centra en aquellas ecuaciones que describen cómo evoluciona la superficie de un trozo de hielo que se está fundiendo dentro del agua. Desde su óptica como investigadora especializada en matemática pura, la galardonada ha defendido el valor de una disciplina que puede contribuir de manera fundamental —a través de instrumentos como la modelización y la optimización— al abordaje de grandes retos globales de nuestro tiempo, como el cambio climático, la inteligencia artificial y las pandemias, todos ellos “problemas con números detrás” donde “las herramientas que tenemos podrían marcar la diferencia”.

De la “mera curiosidad” a “las tecnologías más revolucionarias del futuro”

Los galardonados también han puesto en valor la capacidad de las matemáticas de sembrar los cimientos de aplicaciones transformadoras, desde el GPS hasta la ciberseguridad o el diagnóstico médico por imagen. “Es por eso que invertir ahora en matemáticas puras es tan importante si queremos nuevos avances científicos o tecnológicos en el futuro”, ha manifestado Guillem Blanco, que además ha incidido en la importancia “decisiva” de que todos los ciudadanos adquieran nociones básicas de matemáticas para “tener una sociedad sana y bien informada”. El galardonado trabaja para clasificar y así poder comparar las singularidades algebraicas, aquellos puntos especiales de un espacio que no cumplen las normas habituales de este, centrándose en las singularidades de curvas planas.

“La investigación matemática es una de las inversiones más efectivas y rentables que puede hacer una sociedad”, ha señalado por su parte Eduardo Tablate, cuyo trabajo se sitúa en la intersección entre el análisis armónico y las álgebras de operadores, dos áreas de las matemáticas en principio independientes, pero que se comenzaron a relacionar a finales del siglo XX. “Con recursos relativamente modestos, la investigación matemática genera estructuras conceptuales que, aunque surgidas en el ámbito teórico, repercuten de manera profunda en la tecnología, la ciencia y la cultura”. En un contexto internacional tan complejo como el actual —ha recalcado Tablate— el “lenguaje preciso y universal” de las matemáticas “conecta personas de distintos lugares, con diferentes culturas y formas de entender el mundo, ofreciendo un marco común para el intercambio de ideas y la colaboración intelectual”.

Raúl Alonso investiga sobre la teoría algebraica de números, una rama “cuya historia —ha explicado en su discurso— nos enseña que, con frecuencia, detrás de las preguntas aparentemente más simples se esconden los problemas más complejos” y que surge de “la simple curiosidad”. Su investigación se centra en entender, y quizá algún día resolver, una conjetura que es uno de los Problemas del Milenio, dotada con una recompensa de un millón de dólares para quien sea capaz de solucionarla. “Es posible que buena parte de la investigación que se lleva a cabo a día de hoy nunca llegue a tener ninguna aplicación”, ha reconocido, “pero es posible también que alguna de las líneas de investigación más aparentemente inútiles en el presente acabe siendo la base de alguna de las tecnologías más revolucionarias del futuro. Solo llegaremos a saberlo si desde las distintas instituciones se apoya y financia esa investigación”.

Por todo ello, ha señalado Izar Alonso, “es importante no olvidar tanto las matemáticas puras como la didáctica matemática, ya que sin los avances teóricos y los profesores que se han encargado de formar a los matemáticos desde el colegio hasta la universidad, no habríamos llegado a los avances para la sociedad que vemos de forma más directa”. Su investigación se centra en geometría diferencial, que estudia las generalizaciones de curvas y superficies a dimensiones mayores que las tres del espacio en el que vivimos. “La investigación en matemáticas”, ha concluido, “es una de las bases más importantes para el desarrollo de nuestra sociedad, tanto por su impacto como para expandir las fronteras de nuestro conocimiento”.

 

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